De pronto uno tiene días complicados, cansancio incontenible y se olvida un poco de quién es en realidad porque se está más preocupado por la vorágine en la que cunde y se expande a nuestro alrededor que en conectar con uno mismo, con quien se es de verdad.
He tenido una racha poco favorable (con sus muy gratas excepciones), me he sentido en medio de múltiples batallas simultáneas y he dejado cosas de lado. Pero hoy hubo algo que me hizo conectar de nuevo conmigo. Algo sencillo, inluso tonto, pero que a la vez parecía tan necesario.
No pude evitar alegrarme al ver esta imagen. Esas cosas tan pequeñas me hacen feliz.
A eso súmenle buena música y una vista panorámica al jardín. A uno casi se le olvida que trabaja en un microescritorio ubicado en una tripa de oficina que de metro y medio de ancho, que tiene una pared de cristal (en la que pega el sol todo el día) y que carece de ventilación adecuada .
7 comentarios:
somos mezquinos, somos absurdos y ciegos, esos pequeños detalles que olvidamos, comer despacio, pisar charcos. oler la tierra, la musica, sentir.. mirar el sol.. nunca algo tan cotidiano puede ser simple y es cuando en esos momentos que damos cuenta de ello que algunos se vuelven imprecindibles.
nada trivial sue, ser uno mismo es un descubrimiento constante
te mando abrazos instantaneos
Los pequeños detalles son las grandes diferencias de nuestras vidas.
Una flor, un buen café, una buena rola, un clima perfecto, olores, sabores qué se yo.
Saludos Sue
o sea wey, no te equivoques, no es una tripa de oficina, es un terrario... con todos los elementos para que el huesped más para el que hizo no se queje, cajita cristal, tierrita y sol, mucho sol... y 'hora si: víbora, enrrollate..!
tienes una taza bonita
=)
Esa cajita rosa que se ve en la primera foto, ¿es una cajetilla de Superslims? ¿Tú también fumas Superslims? Jajaja, qué padre.
Benditas sean las pequeñas cosas.
¿Que los cigarros son en verdad klínex? Chin.
Publicar un comentario