lunes, marzo 26

Ser solterona y no morir en el intento...

Yo: ¿Y va a haber solteros en la
fiesta?

Él: Sí, ustedes (refiriéndose a mí
y a mi amiga)

Yo: (inevitable contener una
carcajada)

Decía Oscar Wilde que las preguntas nunca son indiscretas, pero las respuestas a veces . Creo que tiene muchísima razón...

sábado, marzo 17

Los besos y la memoria

Dicen los hombres que somos las mujeres las que tendemos a memorizar todo: los teléfonos, los cumpleaños, los aniversarios y los primeros besos entre otras cosas. Yo creo que es más bien el significado de cada evento el que se nos graba en la memoria y que la diferencia radica en la importancia que le damos. En resumen, si es que fue importante, lo tienes ahí, en la memoria, como uno de los momentos Kodak de tu vida, porque fue el pricipio de algo, a veces de una historia, a veces de un chiste, a veces de un olvido.

Tengo buena memoria, especialmente para los momentos Kodak de mi vida y como buena adicta a los besos, recuerdo los primeros: la ocasión en que besé a mi novio del kinder un día por la mañana; el beso posterior al timbre que anunciaba que el receso terminaba, con mi vecino y compañero de clase; el día que casi le fracturo la nariz a Robertito cuando intenté sorprenderlo con un beso en los labios; la despedida en la que nuestros labios se encontraron ya cerca de la media noche en las gradas de la entrada de mi casa; uno más en otra despedida que respondí con un golpe; la complicidad de la jardinera de la Univa; el beso estilo Danny Zucco; el regreso a Guadalajara y un beso celebrado por todos los pasajeros del autobús; el beso obligado por el juego entre amigos; el beso por el que esperé tres años y que se materializó al fin, de noche, en mitad de ese inmenso patio; el momento en que giré mi rostro para responder a su pregunta y recibió, no mis palabras sino a mi boca en la suya; el beso que me hizo la envidia del antro gay; el ocurrido después de la fiesta, bajo la lluvia; el beso deshojado en aquella azotea con vistas a la ciudad, después del cual decidí que podía morir porque alguien me había besado la primera vez tal y como siempre deseé que me besaran; aquellos segundos de encuentro en el elevador; semáforo en rojo, un beso que desataba una discusión; el beso por respuesta a un reto; la escena de besos montada en los asientos traseros del autobús; el roce que devendría en encuentro al momento de desencontrarse en la puerta de un hotel; los besos otorgados a domicilio y por una sola noche; los besos a granel entre juegos y cerveza…

Los tengo todos, todos en la memoria; porque sí, porque quiero, porque soy buena memorizando cosas, pero solo algunos de ellos; sólo muy pocos de ellos se volvieron algo especial, algo así como una marca en mi vida.

Hace casi un año, yo no quería irme con dudas, así que pregunté:

Yo: ¿Por qué tardaste tanto en besarme?
Él: Porque quería que fuera especial
Yo: (río, porque la escena de nuestro primer beso viene a mi memoria) ¿y te pareció especial? Digo,
sé que fue raro, pero, ¿te pareció especial?
Él: bueno, no recuerdo
exactamente
cuándo fue...
Yo: (sonrisa irónica, sorbo al café, cambio de
tema
)

Entonces todo quedó más que claro. Hoy todo sigue guardado; pero no me culpes a mí, culpa a mi buena memoria.

Feliz aniversario;
brindemos porque no soy yo quien espera en 18 de marzo.

miércoles, marzo 7

Es la última vez que le pegan a Patricia



Sigo sin entender qué es lo más jodido de todo:



  1. La nueva ley

  2. La mala campaña

  3. Que la gente no se tome en serio la violencia intrafamiliar

Voten por su favorito y mientras tanto, disfruten esta imagen a ver si a ustedes también les alegra el día (mis felicitaciones a los autores)



viernes, marzo 2

Se busca...


Señor, señora, señorita, caballero, joven, mande al niño, mande a la niña... ¡ah no!, ya estoy desviándome del tema. El asunto de este blog es preguntar:




¿HA VISTO USTED AL CHICO DE LA FOTO, LO CONOCE?



Si su respuesta es afirmativa haga usted el favor comunicarse inmediatamente con nosotros. La última vez fue visto en el Chai, por ahí de principios de febrero, en compañía de un par de amigos, bebiendo unas cervezas.


Se ofrece una recompensa para quien aporte información sobre su paradero, nombre, edad, medidas y estado civil; ya que Perla María ha quedado prendada del sujeto y no queremos dejar pasar la oportunidad de conseguirle galán.


P.D. También se aceptan solicitudes de chicos que tengan más o menos ése look y que gusten de U2.

jueves, marzo 1

Gorra Party II "Y fueron felices..."

Fue sábado trece. Llegué un poco retrasada a casa de Perla después de que un par de días antes me había extendido la invitación a la boda de Rafa (uno de sus amigos de la facultad) después de que el sitio quedó vacante. Primero fuimos a la boda de una vecina y amiga de la infancia de Perla; nos disculpamos y salimos rumbo a la boda de Rafa y llegamos a media ceremonia religiosa; nos ubicamos estratégicamente en las bancas laterales y compartimos el momento y Perla hasta derramó algunas lágrimas en solidaridad con Rafael.

Antes de terminarse el evento, repartieron campanitas, pero las repartían por parejas, a Perla le dieron una, me saltaron a mí y le dieron otra al chico que estaba a mi lado y me preguntan vienen juntos, ¿verdad?, a lo que yo respondí con un no sistemático del que en la recepción planteaba arrepentirme.

No sé si fue el nerviosismo pero Perla confundió la palabra “camisa” con la palabra “saco” y el corte “strapless” con el “halter” cuando intentó decirme quiénes eran Paty y su novio. Finalmente salimos, saludamos a todos (y se hicieron las presentaciones oportunas) y me enteré –de golpe y porrazo- que Alejandra tenía novio.

Partimos a la recepción, en el auto de Estuardo que, justo al buscar estacionamiento se nos quedó varado en un de los caminitos de terracería de Tlajomulco de Zúñiga. Así que ahí nos tienen a Claudia –la ya esposa de Estuardo- y a mí en falda y tacones y a Perla en tacones y pantalón oscuro empujando el carro para tratar de sacarlo de ahí. Un señor y su hijo se detuvieron a ayudar y Estuardo nos mandó a las tres a la recepción y obedecimos. Pero lo esperamos en la entrada a él y a Alejandra y Manuel –el novio que ya conocíamos, pero del que no sabíamos en calidad de “novio”-.

Nos acomodamos en la mesa de “los de la facultad”, que me tocaba por definición al ser la (strike)pareja(/strike) acompañante de Perla. Empecé a sentirme en confianza con Perla, Alejandra y Manuel y Paty y Paco. Logré que Alejandra y Manuel me acompañaran a la pista de baile, ante las innumerables negativas de Perla, quien finalmente accedió a bailar cuando ya tenía yo a un sujeto en la mira.

Perla se cansó después de bailar tres canciones y volvió a la mesa; movimiento que aproveché para invitar a la pista al sujeto antes mencionado en el post –y analizado en la fiesta-. Alejandra preguntó si es que me atrevería y respondí algo así como: pues no tengo nada que perder; no lo conozco, no me conoce; y nadie tiene por qué enterarse de que me rechazó. Y Perla me dijo: ¿y si te dice que no? a lo que respondí: entonces voy a esa mesa donde hay cuatro chicos solos y hago la invitación en pleno a ver quién se apunta.

Así que me acerqué al chico, hice la temida pregunta y él dijo: sí, claro, con una sonrisa en el rostro mientras nos poníamos en camino. La plática fue muy interesante, mientras los cuerpos se movían al ritmo de música setentera (lo del ritmo es un decir que había algunos que no daban pie con bola).

Él: se puso retro, ¿no?
Yo: sí, pero la música retro me gusta mucho
Él: a mí también –haciendo gala de sus movimientos estilo Travolta

(Más música setentera)

Yo: ¿cómo te llamas?
Él: Ricardo (he de confesar que he olvidado su nombre) ¿y tú?
Yo: Susana
Él: mucho gusto
Yo: igualmente

(Estrechamos las manos justo antes de que llegue el coro de WMCA)

Yo: ¿Vienes con el novio o la novia?
Él: con el novio, es mi primo, ¿y tú?
Yo: con una amiga del novio

(Sonreímos y volvemos a concentrarnos en el baile.
La pista empieza a parecerse a studio 54)

Él: ¿eres de aquí de Guadalajara?
Yo: , ¿y tú?
Él: no, yo soy de Uruapan, Michoacán (sí, también he olvidado la ciudad, pero del estado estoy segura)
Yo: ah, ok

(Se acaba la música)

Él: muchas gracias
Yo: al contrario
Él: ¿bailamos más tarde?
Yo: claro (pensando: si hasta parece qeu he ligado... y con un foráneo!!)

(Cada uno toma su camino)


La siguiente ronda fue música de banda y moría de ganas por bailar pero una (strike)arpía(/strike) aprovechada lo invitó a la pista antes que yo. Después nos despedimos, tanto de las personas de la mesa, como de los novios. Y Estuardo nos llevó a nuestras respectivas casitas.

Sí, esa fue la segunda vez que vi a Rafael en mi vida, pero lo vi contento, a la novia resplandeciente; a los nuevos esposos –Estuardo y Claudia- los vi juntos por primera vez, y conocí al otro matrimonio reciente, el de Eduardo y Ema (sí, creo que así se llama); y también vi a Manuel con Alejandra y a Patricia con Paco; muchas personas, muchas parejas y un par de bodas en el mismo día.

Sí, hay quien es feliz cuando tiene la certeza –o al menos el compromiso- de tener siempre a una persona a su lado. Habemos quienes somos felices cuando
encontramos a un cómplice con quien compartir la pista mientras dura la
música.