jueves, enero 31

Quédate

Quédate un poco más conmigo,
a compartir el calor de la leña,
porque la nieve ha cubierto las aceras
y ha robado su perfume a las violetas.
Quédate conmigo y deja fuera,
tus miedos y los ruidos de ese mundo,
que no entiende, que no aprecia,
la poesía que habitamos tú y yo juntos.
Quédate a abrir otra botella,
mientras Chopin revive en acetatos,
sobre la alfombra que guarda nuestras huellas
y el pasado que nos hemos confesado.
Inscribe tu mirada en este espacio,
guárdate el silencio en los bolsillos,
que llevo tu nombre en las líneas de la mano
y en los labios el sabor lejano de tu vino.
Quédate a abrazarme con palabras,
para resguardar mi ser entre tus letras;
y sentir tu vida en la piel de mi calma
y traer mañana mi sueño hasta tu puerta.

lunes, enero 28

I hope it worth it

Los días pasan entre sueños que tienen el aroma a las calles de Buenos Aires, entre letras lejanas de una cepa extranjera que conozco sólo en palabras. Mientras la rutina provoca ruidos en mi cabeza que me alejan de los libros, del reto de, finalmente, recorrer mis ojos por la Rayuela. Alejada del café por instrucción médica y del aroma de su cuerpo –que he aprendido a amar, sin habérmelo propuesto- envuelto en piel morena y de su boca que ansío besar otra vez, pero no beso por los miedos ajenos en donde no tengo jurisdicción.

Y en mi mente las letras de un poema Pizarnik que habla de las ausencias; y mis manos conteniéndose para no teclear su número telefónico y las musas murmurando a mis espaldas que no me harán cómplice de su andanza para que pueda robarles algún cuento.

Personas que no ven en mí nada más allá que un cuerpo; el hombre infantil que pretende abandonarme porque soy un riesgo para su orgullo, porque estoy más allá de su entendimiento, cuando en realidad lo único que hace es huir y, esta huída, lejos de ser algo que me perturbe es algo que me tranquiliza, porque ha sido incentivada sutilmente por mí y sus palabras en forma de estocada me hacen cosquillas no heridas. La huída no es un abandono; para abandonar antes es necesario haber poseído.

Unos ojos verdes de forastero, a través de un monitor, dicen desearme y me ponen iracunda. El deseo para mí jamás es suficiente. No aspiro a ser deseada, el deseo me parece superficial, vano, momentáneo. El deseo no es más que es el padre de la pasión sin trascendencia. Lo que busco acaso, sin buscarlo, es ser querida; ser invitada a formar parte de la vida de alguien más, como amiga, como cómplice, como un ser íntegro. Acaso parece que ya no hay nadie que se preocupe por todo aquello que la piel resguarda debajo de su sensibilidad a las caricias, de su tendencia a la lujuria.

Los besos que no llegan a mi boca, las que no me dicen, que no imagino, el erotismo tegido en letras y evocativo de momentos que extraño de los dedos que alguna vez me acariciaron y que juran que guardan restos de mi tacto entre sus pliegues. Memorias que se hacen presentes a través de coincidencias parecidas a las mismas que provocaron lo que ahora son recuerdos.

La magia intermitente que de pronto se ausenta y después se desborda, las promesas que no hago y las que no se cumplen. La mediación entre el karma y el darma que parece no tener un punto medio que me favorezca; las vidas que he vivido, las personas que fui, las cosas que me faltan, la fe que me niego a desterrar, las copas de vino que aún no bebo, el paréntesis contigo que no quiere llegar.

Eliseo Alberto ha dicho que el miedo es una camisa de fuerza y yo me he liberado poco a poco de esos nudos; sin embargo, mis manos siguen atadas, incapaces de liberar a otros. Quizás tanta libertad terminará por rodear mi cuello y suspenderme en el vacío; pero mientras eso ocurre, entre la ignorancia y la experiencia, sigo creyendo que todo vale la pena.

viernes, enero 25

(Just because)

Un tango agoniza,
mientras miro de reojo.
La melancolía se filtra
por debajo de mi piel
y sucumbo en el delirio
de no tener tu voz.
No aspiro a dejar huellas
indelebles en tu cuerpo
ni a ser el beso que redime
a la noche de tu boca;
no busco habitar en ti
ser inmortal recuerdo
lluvia tibia sobre el suelo
del hubiera que no fue.
Si acaso pudiera elegir
elegiría el implacable
y fugaz roce de un sueño.

jueves, enero 24

Chistes políticos (y polémicos)

Chiste número 1 con la politóloga en la oficina

Yo: ¿Gustas un bisquet del niño verde?
(refiriéndome a la marca que tiene un bebé en color vede como imagen)
Ella: ¿El niño verde todavía existe?
La politóloga: Sí; pero ya lo hicieron PAN


Chiste número 2: Con la politóloga en el messeger

Ella: me despido, tengo hambre
Yo: Ande y vaya a comer
Ella: pues voy a senar… digo, a cenar. Porque si fuera sena iría con un senador y no, voy sola
Yo:

P.D. Lo peor de todo es que, entre un suceso y otro transcurrieron a penas unas horas

lunes, enero 7

Quemando naves

Después amaneció y me di cuenta de que ya no es ayer, de que ya no será ayer, sin embargo, la huella de sus labios y la esperanza de la mínima posibilidad de un nosotros laten en mí. Ya no importa lo que está por venir, lo trascendente lo ya vivido; el tiempo compartido, inmutable, que ya forma parte de mi historia personal, que se ha adherido a mi esencia. He quemado mis naves y sigo dispuesta a quedarme a la deriva -porque es la deriva el sitio más próximo a mí en este momento-...


Sin Documentos
Andrés Calamaro

Déjame atravesar el viento sin documentos,
que lo haré por el tiempo que tenemos...
Porque no queda salida, porque pareces dormido,
porque buscando tu sonrisa estaría toda mi vida.
Quiero ser la única que te muerda en la boca.
Quiero saber que la vida contigo no va a terminar.
Déjame que te cierre esta noche los ojos,
y mañana vendré con un cigarro a la cama.
Porque no tengo más intenciones que seguir
bebiendo de esta copa que no está tan rota.
Quiero ser la única que te muerda en la boca.
Quiero saber que la vida contigo no va a terminar.
¡Porque sí!, ¡porque sí!, ¡porque sí!
Porque en esta vida no quiero
pasar más de un día entero sin ti.
¡Porque sí!, ¡porque sí!, ¡porque sí!
Porque mientras espero
por ti me muero y no quiero seguir así.
Déjame atravesar el viento sin documentos,
que lo haré por el tiempo que tenemos...
Porque no queda salida, porque pareces dormido,
porque buscando tu sonrisa estaría toda mi vida.
Quiero ser la única que te muerda en la boca.
Quiero saber que la vida contigo no va a terminar.
¡Porque sí!, ¡porque sí!, ¡porque sí!
Porque en esta vida no quiero
pasar más de un día entero sin ti.
¡Porque sí!, ¡porque sí!, ¡porque sí!
Porque mientras espero
por ti me muero y no quiero seguir así.
Quiero ser la única que te muerda en la boca.
Quiero saber que la vida contigo no va a terminar...
¡Porque sí!, (¡porque sí!)
Porque en esta vida no quiero
pasar más de un día entero sin ti.
¡Porque sí!, (¡porque sí!)
Porque mientras espero
por ti me muero y no quiero seguir así.