Uno de mis rituales personales consiste en tomar mi teléfono celular y revisar el directorio para así poder corregir nombres; agregar datos e ir borrando de mi registro los teléfonos que cambiaron y los de aquellas personas que ya no forman parte de mi vida y que difícilmente volverán a formar parte de ella, entre ellos están, los teléfono de alguna tienda o algún sitio de servicios; los de las personas con las que por razones de trabajo quería tener a mano; los de los niños de servicio social y, por supuesto los de los ex pretendidos y los ex pretendientes.
Es un momento para hacer recuento de aquello que te gustaba de cada sujeto; de aquello que detestabas; de los buenos y malos momentos que hubo entre ambos y de las razones por las que no volverás a llamarlo, ni él a llamarte.
Pero entnoces vuelve a surgir la duda que aparece en tu mente desde hace meses cada que llevas a cabo tu ritual:
¿Quén carajos es Fabrizio?
Entonces vuelves a dejar ahí su número por si algún día te acuerdas de quién es...
1 comentario:
No puedo ni pretendo ayudarte a recordar quén es Fabrizio, solo quiero recordarte que sigo siendo tu fiel pretendiente. Hoy que te leo te mando un beso extra.
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