Yo con mi vestido morado, mis tacones y mi abrigo largo. Él conducía y me ayudaba a decidir, en cada semáforo qué aretes iban mejor con el vestido (del que hablé con anterioridad aquí). Mientras yo intentaba terminar mi maquillaje.
Llegamos al Hospicio Cabañas a eso de las 8:00 a.m. después de buscar un espacio para estacionarnos. Caminamos de la mano por las calles del centro de la ciudad y una vez ahí, mi entonces caballero me dio total libertad de abandonarlo en una de las sillas del montaje de la capilla preparado para el informe de actividades, evento que formaba parte de mi agenda de trabajo.
Corrí a atender a medios de comuniacción y a darle la bienvenida a la gente y él me ayudó a tomar notas de las palabras que dijo cada uno de los que subieron al podio. Al final, el lugar se vació y él seguía ahí. Eran ya pasadas las 11:00 a.m. cuando fui a buscarlo (una vez que terminé el asunto con los medios), se lo presenté a algunos compañeros de la oficina, uno de ellos (el que traía la cámara) nos pidió que posáramos para esta foto y así lo hicimos (de hecho sólo tenemos dos fotos juntos; esa es la que yo tengo).
Como podrán darse cuenta quienes siguen mi blog, no gusto de publicar fotos personales. Sin embargo, estoy haciendo este post desde la oficina y resultó que ésta era la foto que correspondía de acuerdo a las instrucciones del jueguito bloggero que Celestina Terciopelo me encomendó y que consta de lo siguiente:
1) Ir a la carpeta de fotos de la compu.
3) Explicar la foto que el poder del número cuatro escogió arbitrariamente.
4) Invitar a cuatro blogueros para que jueguen.
Así que no me queda más que endosar el asunto a cuatro incautos que he decidido que sean: Bren, Neto Citadino, Gaal Dornik y a Pig para que hagan el jueguito, que así sea.