lunes, noviembre 13

Chilango tour III: tour cultural y la condesa rocks

Después de mi ferviente labor de convencimiento hacia Perla María, el jueves empezamos el día yendo a la Villa (y ya chole con el jodido chiste ése de la silla). Llegamos en Metro (les digo que nos volvimos especialistas en transportarnos así), pasamos, tuvimos un momento de oración y reflexión, salimos a prender tres veladoras (una por ella, otra por mí, la otra por María Beatriz que se nos quedó en Guadalajara) y visitamos la antigua Basílica para que Perla María tomara fotos.

Nos regresamos al hotel ya con el tiempo encima y nomás una barrita integral en la panza y como medio litro de agua. Llegamos, y nos alistamos de nuevo para ver a Janine y Ernesto en la estación Juárez, a las once. Ahí estaba la feliz pareja (de verdad, son la pareja más linda que he visto en años), esperándonos para darnos un súper tour. Así que, guiadas por ellos, caminamos por Bellas Artes, el Banco de México, La casa de los azulejos, el Zócalo, la Basílica Metropolitana y las nuevas ruinas que encontraron por ahí recientemente.

Entre charla amena, compartimos anécdotas cómicas y otras más serias, hablamos de contaminación, hicimos cuadros comparativos entre su ciudad y la nuestra, y el hambre nos llevó a un restaurante de comida china donde nos deleitamos comiendo al por mayor y hasta llevando de reserva. Nos despedimos de ellos cerca de las 3:30 p.m. y llegamos corriendo al hotel para que Perla María se alistara para ver a Yuri, mientras yo localizaba a Rick para confirmar si nos veríamos ésa tarde.

Por fin, ella se fue con Yuri a caminar más y yo me di una ducha mientras Rick llegaba por mí al hotel. La idea era ir a una fiesta de roqueros o a un evento de rock (no doy más detalles porque él es figura pública). Así que armé mi atuendo con lo más roquero que encontré en mi guardarropa (blusa doble de tirantitos, zapatillas abiertas, jenas rotos). Me dejé el cabello rizado y suelto, puse algo de rimel en mis pestañas y un poco de sombra en los párpados y hasta algo de gloss en los labios. Lo que pasa es que el pobre de Rick me había visto en fotos y no quería confrontarlo con la cruda realidad de mis ojeras y mi cara lavada a la primera impresión en persona.

Recibí su llamada de recepción y bajé. Después de saludarnos y de que él dijera que yo soy altiiiiiiiiiiiisima (cuestión de hacer sumas: 1.75 de estatura + 10 centímetros de zapatos) decidió que, para hacer tiempo a que empezaran ya sea la fiesta o el evento) me llevaría a tomar algo a la Condesa, aprovechando que mi look era muy fresa (y yo que me sentía en la facha total!!).

Llegamos a un bar y yo me tomé un capuchino y él una coca-cola mientras hablábamos de una cantidad de cosas impresionantes entre las que se incluían la música, la viad en el D.F., algunas anotaciones personales sobre nosotros mismos, la astrología, la metafísica y bueno, se nos fue la tarde. A eso de las nueve salimos de ahí, caminamos un poco por la zona (mientras llovía ligeramente) y terminamos optando por el evento de rock (una presentación de varias bandas) en el que participaban unos amigos suyos.

Llegamos ahí en Metro (terriblemente odiosa la estación de Chabacano, de verdad). El ambiente no le fue del todo cómodo a mi acompañante así que recorrimos el lugar y después salimos a hacer tiempo. Por cuestiones del destino (y de la hora) terminamos sentados en una banqueta junto a un poste de luz (sí, era imagen para una postal). Le avisé a Perla María que llegaba a más tardar a la una y media al hotel y dadas las once volvimos al lugar del evento a ver tocar a los amigos de Rick.

Ciertamente, todos los presentes iban en jeans y tenis y con un look sumamente despreocupado, por lo que yo, como que desencajaba. Pero me tranquilicé y me dediqué a escuchar haciendo un esfuerzo sobre humano y, aclaro, no porque la música me disgustara (aunque no es mi estilo musical) sino más bien por la chica treintañera con mentalidad de chiquilla de catorce años que bailaba enérgicamente como para demostrarle a todos su gran capacidad de recibir ataque epilépticos de pie (y hablando de pies que me ha metido un par de pisotones que para qué les cuento).

Total, a las doce ya habían terminado de tocar estos chicos y Rick y yo nos sentamos un momento a conversar un poquito más sobre aquello que pensamos cuando nos vimos en foto y lo que pensábamos ahora, estando de frente. Sin saber exactamente el tiempo que hacía de ahí hasta el hotel, le pedí a Rick que nos retiráramos. Él se despidió y salimos por fin. Caminamos bajo la lluvia y tomamos un taxi. A pesar de las propuestas de seguir juntos algunas horas más, terminé volviendo al hotel a la una en punto y él comprendió que de seguro Perla estaría preocupada por mí y que yo debía de cumplir mi promesa de llegar a más tardar a la una y media. Así que nos despedimos, bajé del taxi y luego intercambiamos un par de mensajes más al celular. Donde hacíamos referencia a la magia.

Perla María me contó de su travesía a pie por toda la ciudad al lado de Yuri y yo le hice el resumen de mi día mientras me comía una barrita integral (moría de hambre porque no había cenado, a diferencia de Perla María que disfrutó d unas enchiladas suizas en el café La Habana). Cuando quise plantearle la propuesta de ir temprano al Papalote Museo del Niño ella respondió que “no pensaba levantarse temprano al día siguiente, bajo ningún motivo”. Así que, sabiendo que podríamos quedarnos la noche en vela charlando (o discutiendo), le di las buenas noches y me metí a la cama.

Al poco rato (después de los quejidos de que le dolía todo su cuerpo) Perla María preguntó: “¿estás despierta?”, yo, conciente de que la noche anterior las horas nocturnas de conversación habían empezado con esa pregunta respondí: “No. Lo que usted está escuchando es una grabación. Por favor, guarde silencio e intente dormir”. Estallamos en risas y cada vez que yo intenté hablarle de algo durante la noche ella respondía: “lo que usted está escuchando es una grabación”. ¿Cómo culparla?

11 comentarios:

no descansamos en nada dijo...

Já, Sue, la estación del metro Chabacano es la onda... aguántese como las machas.

Un abrazo.

El R. dijo...

¿Figura pública? ¿Quién era? ¿Margarito, Andrés Manuel, Alfredo Adame? Bien por tus aventuras. Saludos y a la próxima pasas por mi casa, ¿va? Cuídate.

Anónimo dijo...

Sigo diciendo que eres genial para relatar el viaje al D.F. pero mucho mejor tu ingenio para sacar lo de “No. Lo que usted está escuchando es una grabación. Por favor, guarde silencio e intente dormir”. Creo que me voy a plagiar por unos días tu frase. Saludos.

Beto dijo...

Coincido con la primera persona que comentó. Lo que pasó con el metro Chabacano es que al pobrecito con los años le fueron añadiendo instalaciones para las otras líneas, pero mire nomás el dibujito, ¿a poco no está bien chévere?

Sue dijo...

Derecho de réplica:

Estimada Bren, pues sí, me aguanté como las machas, pero necesitaba quejarme públicamente.

Señor Ganso: El caballero en cuestión sí sale en la tele, pero quiero que quede claro que bajo ningún motivo diré que es Alfredo Adame.

Paco: qué bien que te guste mi manera de narrar los hechos, con lo que no estoy de acuerdo es con eso de que me roben mis frases. Perla y Alejandra de repente suelen hacerlo. Supongo que es momento de hablar con mi abogado del asunto y emprender algunas demandas =P

Beto: no es anda personal contra la estación de Chabacano, no más que una que es fuereña como que se saca de onda. Y coincido con usted, el dibujito está bien chévere y además ofrece gratis una odisea de "piérdase y encuéntrese en el menos tiempo posible" que no cambiaría por nada.

Gracias a todos por pasar por aquí y dejar sus comentarios =)

Sue dijo...
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MACARIO dijo...

mm tons qué pedo, si fuiste al museo del papalote? Tienes que decirme que sí!! es IMPERDIBLE!!

Anónimo dijo...

¡ES EL PRIMER BLOG QUE LEO EN EL QUE SON MAS INTERESANTES LOS COMENTARIOS QUE LAS ENTRADAS!

Anónimo dijo...

Entonces no lees muchos blogs verdad??

Anónimo dijo...

A caray!!, ya pude publicar comentarios!!

Anónimo dijo...

Que no te engañen Sue, Chabacano no es la onda ni mucho menos. Por cierto, porque no nos vimos eh??, yo tambien anduve por alla, chale.