Entonces vía mésenger me pongo en contacto con una compañera de la preparatoria. Ella es de mi edad, está casada y a punto de dar a luz a su primogénita. Después de contarme de su vida, me pregunta por la mía, y le resumo: tengo tres empleos y me iré por dos años a la Uinversity or Texas at Dallas a hacer una maestría en políticas públicas con una beca completita.
Ella: ¡Wow! ¡qué bien!, ¡felicidades!
Yo: muchas gracias
(y justo ahí cuando menos lo vi venir, surgió la pregunta infalible, inevitable, la que debería dar sentido a cada segundo de mi existencia, la que va más allá del ser o no ser)
Ella: Pero, ¿que no piensas casarte?
(entonces fue inevitable responder)
Yo: No Bety, eso a mí no me va a pasar...
Ella: ¡Wow! ¡qué bien!, ¡felicidades!
Yo: muchas gracias
(y justo ahí cuando menos lo vi venir, surgió la pregunta infalible, inevitable, la que debería dar sentido a cada segundo de mi existencia, la que va más allá del ser o no ser)
Ella: Pero, ¿que no piensas casarte?
(entonces fue inevitable responder)
Yo: No Bety, eso a mí no me va a pasar...
Y ella quedó preocupadísima con mi respuesta
5 comentarios:
"Nunca hay que decir nunca" (popular)
Ese, don Exenio, es justo el motivo por el que incluí el "nunca" en mi respuesta =P
Ja, y es que sólo se es siendo. (Ya ni sé lo que digo... hablamos de Hamlet, ¿verdad? :P)
"Amargo como una boda por lo civil"...bien lo dice sabina XD casarse no es una prioridad pero en el fondo se sabe inevitable ese destino incierto.
Haré lo posible para que me extrañe menos y me tenga mas frecuentemente por aquí.
Un abrazo Sue
La quiere
Mamá (que hoy se siente como Ofelia en el arroyo)
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