La verdad es esta: me encuentro en medio de una crisis existencial, una gran crisis existencial. Con cargas de trabajo jodidas que abarcan mis horas de domigos (sí, así en plural) y miles de pendientes por atender, y no sólo son cuestiones triviales y cotidianas como lavar los trastes en casa, hacer la lavandería de la ropa (o resignarme a venir de pantaloncito de vestir, blusa formal y tacones por muchos días a la oficina a falta de jeans limpios), atender las lecturas de cada semana en el diplomado o tener vida social, un poquito de vida social para que los amigos no sientan que los tienes en el total olvido.
Estoy en crisis porque quiero hacer una maestría. Así de simple. Y para ello necesito conseguir unas becas. Todo claro, ¿no? Entonces necesito llenar los formularios de solicitud y recabar el material que me piden en un par de días, porque, con todo el mundo de actividades el tiempo se me ha venido encima y la mente me ha quedado en blaco, salvo, claro, porque se me ocurre mandar un correo a unos 45 amigos donde solicito su ayuda (en tono de desesperación) para identificar mis fortalezas y debilidades porque tengo que describirlas en alguna solicitud de beca y al parecer, el mundo entero se toma a broma mi solicitud.
He aquí algunas de las respuestas que me han llegado:1. ¿Habrá represarías respecto de los comentarios? 2. Debilidades:Tienes debilidad por M... 3. Tiene determinadas sus fortalezas4. ¡Los hombres! ¡y más si son gays! los encuentras irresistibles, te encanta besarlos ¡y puedes llegar a acosarlos! 5. Creo que su debilidad es el sexoAsí cualquiera me dará una beca, ¿no?Además de cansada, estoy deprimida y ahora siento que nadie me toma en serio...