Cómo venir a decir que te quiero
si no guardaste ni un beso desteñido
que habitara el recuerdo de mi boca.
Cómo venir y decir que confieso
que dejaste un ensueño perdido
si fuiste verdad tan solo unas horas.
De qué manera venir a contarte
que mi delirio hacia ti se encamina
o que alguna vez me falta tu tacto,
si yo misma vi la noche agotarse
tras la complicidad que se amotina
bajo el implacable velo del encanto.
Cómo venir a decir que te pienso
y con qué fe apostarle al destino
si en tu puerto ha anclado alguien más
si esos puentes que construimos
son apenas un absurdo desatino
que tú no puedes venir a buscar.
Con qué derecho contarte
que mis calles respiran tus ecos
si no son míos tus desvelos
ni puedo ser tu constante
si no eres más que unos versos
una sombra en cualquier parte
(a la que echo de menos).