Es viernes, casi mediodía. Millones de cosas esperan y mientras tanto me asechan estas ganas incontenibles, onomatopéyicas de besarte, de amarte. Ganas de redescubrirte en la complicidad de la mutua desnudes, de reirme y que sientas mi risa. Entonces no queda más que extrañarte y extrañarte es desearte aún más. Y esper...o, entre todo, que mi deseo funja como un lazo atrayente que te haga venir a fundirte en mis ganas...