Efectivamente llegó el jueves y con él el compromiso moral de acudir a la limpieza general de la oficina de los siempre bien ponderados R y T (es que me han pedido que los mantenga en anonimato). Así que, después de mi estupendo día laboral (nótese el sarcasmo), me dirigí al lugar donde los susodichos y Perla me esperaban ansiosos por empezar la limpieza (nótese el sarcasmo doble en las rocas).
Todo estaba fríamente calculado: Limpiar vidrios, sacar basura, limpiar puertas, lavar el baño, sacar más basura, acomodar cajas, acomodar herramientas, sacar más basura, barrer el balcón, trapear el baño, tirar cajas, ¡ah, claro! y sacar más basura.
Entre carrillas, risas y profundas disertaciones existenciales (que ya luego compartiré a través del blog), transcurrió la tarde, hasta que por fin empolvados, sudados y agotados fuimos poniendo las cosas en su lugar y tomamos asiento para reírnos un poco más.
Todo estaba fríamente calculado: Limpiar vidrios, sacar basura, limpiar puertas, lavar el baño, sacar más basura, acomodar cajas, acomodar herramientas, sacar más basura, barrer el balcón, trapear el baño, tirar cajas, ¡ah, claro! y sacar más basura.
Entre carrillas, risas y profundas disertaciones existenciales (que ya luego compartiré a través del blog), transcurrió la tarde, hasta que por fin empolvados, sudados y agotados fuimos poniendo las cosas en su lugar y tomamos asiento para reírnos un poco más.
TOP TEN DE LA TARDE DE LIMPIEZA:
1. Cuando te das cuenta de que tu underweare no es el más apto para ése tipo de menesteres.
2. La cara de él cuando le dices que no es broma eso de que tendrá que lavar solito el WC.
3. Cuando consigues por fin que tu madre te preste la aspiradora, la armas con total cuidado y luego tienes que llamarla y decirle que es momento de que consiga una nueva porque la actual acaba de quemarse. Claro, justo antes de poder aspirar.
4. Cuando ellos juegan a componer la aspiradora, y se lo toman tan en serio.
5. Cuando él te dice terminantemente: “eso no va a entrar aquí” y le respondes que algún día le dirán lo mismo (y él se lo toma como halago).
6. Cuando te das cuenta de que si tu madre te viera hacer el aseo con tanto fervor te reclamaría que no seas capaz de hacer la mitad de eso en tu casa (y que si bien no tienes vocación de princesa sí la tienes de Cenicienta).
7. Cuando ves pasar el cochecito de los helados y él sale corriendo juntos contigo a comprar helados para todos.
8. Cuando él pregunta por las “pijas” y tú y tu amiga se dan por aludidas y encima insultadas.
9. Cuando llamas a tu amiga y le dices que en cuanto ella llegue tú te irás porque no soportas ni un minuto más en compañía de él y ella vuelve corriendo y preocupada a intentar que se resuelvan las cosas y le dices que era broma.
10. Cuando por fin te sientas a descansar con la luz apagada y al DJ le da por poner TODAS las versiones que tiene de la canción Bésame Mucho.
La mejor parte del día es esa en la que, después de llegar a casa, pasarle el parte de los hechos a tu madre, recoger la cocina, jugar con tu sobrina, darte un baño y hacer una llamada, te metes a la cama sabiendo que mueres de cansancio y sonríes, sabiendo que el día ha valido la pena minuto a minuto.
3 comentarios:
jejejejje la verdad es que el 5 yo tambien lo hubiera tomado como halago. . . me llevo unos minutos entender la otra lectura
Y solo despues de semejante experiencia puedo entender la sabiduria de las siguientes palabras:
"Amo el Ruido y el Smog"
jojo, y que así sea día con día...
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